Lo buenas que salen las fresas en el Maresme y como prolifera el mildiu en mis plantitas de balcón, tanto que al final siempre quedan las crasas solinas, eso sí en este tiempo hermosotas y siempre regalándonos alguna flor.
En cambio en la masia de Ángela este verano tras el satisfactorio resultado del año pasado, el huerto está como… más creativo.
La rueda se ha puesto donde el año anterior estaban los pimientos y los pepinos que crecieron a tope, igual que las hierbas, hierbajos y hierbecitas que lo invadían todo. Y se ha instalado el riego por goteo, algo que las plantas agradecen pues con las ocupaciones algunas veces estaban varios días sin agua.
A principios de Junio se plantaron lechugas en el piso más bajo de la rueda, en el siguiente stevias y en el del centro salvia, la reina del huerto, y tagetes.
También se han plantado judías enanas y perona, piminetos y calabacines
Y la rueda luce así, sin hierbas ni hierbitas invadiendo y la balsita llena de agua esperando a algún bichejo que busque casa.
Nunca sabré con certeza si el huerto luce hermoso porque se cultiva con buenas vibraciones o si, al revés, uno se siente bien porque el huerto las emite… creo que son las dos.